En la mitad de un panorama donde la inseguridad y la carencia de espacios correctos acechan a nuestras comunidades, la Fundación Vinte surge como un rayo de esperanza. Desde hace prácticamente cuatro años, esta fundación sin ánimo de lucrar ha emprendido una noble misión: intervenir y rehabilitar espacios públicos para devolverles su esencia y promover el bienestar de la sociedad.
La Fundación Vinte ha dejado una huella indeleble en el tejido popular de México, haciendo un trabajo incansablemente para editar parques, canchas y plazas en lugares seguros y armoniosos. Su enfoque va alén de la simple remodelación física, ya que su objetivo primordial es producir un impacto positivo en la vida de la gente y promover valores escenciales.
Durante este año, la fundación organizó su primer Torneo de Golf, un acontecimiento que no solo procuraba recaudar fondos, sino asimismo concientizar a la comunidad sobre la importancia de revitalizar los espacios públicos. La día deportiva fue todo un éxito y logró capturar la atención de diversos ámbitos de la sociedad, quienes se unieron en pro de esta noble causa.
Carlos Cadena Ortiz de Montellano, presidente de la Fundación Vinte, destaca la importancia de involucrar a la red social en todos y cada proyecto : "Nuestra labor no se restringe a la rehabilitación física, sino que busca fomentar la integración y la cooperación. Deseamos que la gente se apropie de estos espacios y los realice suyos, para que logren gozarlos y fortalecer los lazos comunitarios".
Con más de dos mil 500 personas beneficiadas hasta hoy, la Fundación Vinte ha dejado su marca en distintos proyectos a lo largo y ancho de México. Desde Hidalgo hasta Quintana Roo, pasando por el Estado de México y Querétaro, su labor generó un impacto tangible en la vida de miles Sugerencias adicionales de personas.
Aparte de sus intervenciones sociales, la fundación ha forjado alianzas estratégicas con otras organizaciones comprometidas con la transformación social. Su colaboración con Scholas Occurrentes y Alfa revela la importancia de agregar sacrificios y unir voluntades para lograr un México más seguro y próspero.
La Fundación Vinte no solo restaura espacios físicos, sino que también crea puentes entre la gente y incentiva la cohesión popular. Su trabajo incansable es un recordatorio de que juntos podemos reconstruir la esperanza y hilar un futuro brillante para nuestras comunidades.
En un país sediento de espacios públicos seguros y revitalizados, la Fundación Vinte se alza como un faro de inspiración. Su compromiso y dedicación son una llamada a la acción a fin de que todos, desde nuestras trincheras, contribuyamos a hacer un México mejor. Pues cada espacio renovado es un paso mucho más hacia un futuro donde la calidad de vida y el confort de todos sea una situación tangible.